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PATRIMONIO

A Proba

A Proba cuenta con dos elementos patrimoniales fundamentales, que muestran la importancia de este núcleo en la época medieval con el puente medieval y el castillo de los Altamira.

La primera mención documental al castillo es la donación que don Rodrigo Gutiérrez hace de él a su esposa en el año 1037. La revuelta irmandiña en 1467 destruye el castillo que lo condes posteriormente reconstruyen en su planta poligonal, erigida sobre un macizo rocoso que se eleva sobre el núcleo poblacional, aún se observan restos de los torreones defensivos circulares y parte de la muralla con su adarve. El castillo estaba construido en su interior, con una fábrica de mampostería pizarrosa y a él se accedía por una puerta en arco de medio punto.

 

En el pasado siglo, el sacerdote asturiano Manuel López Ernesto, entonces párroco en Navia, adquiere el castillo. Lo reforma prácticamente por completo y le cambió la fisonomía para hacer dentro siete viviendas para sus herederos. Tuvo que usar la antigua palleira que reconstruyó con bloques de hormigón, que quedaron al aire y que sigue en ese estado y en ella habilitó otra vivienda. Lo que se conserva en la actualidad, se encuentra muy desvirtuado.

 

El puente medieval

Al lado del castillo se encuentra la denominada "Ponte Vella" o puente medieval; un puente de un sólo arco apuntado y con calzada de pizarra abombada y, al que la tradición popular considera romano aunque el actual sea de origen medieval. A este conjunto se une la belleza natural del entorno natural (el río Navia) que contribuye a realzar el conjunto artístico.

 

Navia de Suarna

El municipio cuenta con abundantes vestigios prehistóricos como las mámoas y dólmenes de Ferreirúa y Vilarpandín o los castros de Liñares, Monterrío, Coedo y Larxentes. En las inmediaciones de Abrente existen sepulturas medievales de mampostería con cubiertas de pizarra.

En la arquitectura religiosa destacan las iglesias parroquiales de San Salvador de Mosteiro, San Xosé de Muñís, Sto. Estevo de Vilarpandín, Santa María de Rao y Barcia sus máximos exponentes. Y capillas como la de Abrente, Marcelín y Molmeán. Como ejemplos de construcciones civiles destacan las casas grandes de Freixís, Virigo, Vilarpandín y Pin. Y en la arquitectura popular las típicas pallozas ancareñas en las aldeas de la montaña (Muñís y Ribón), otras construcciones típicas de la zona como son los molinos, los palomares o los denominados "cortíns", (cierres para proteger colmenas), en Pan do Zarco y Vispeiro.

 


Iglesia de Gallegos


Santa María de Rao

La tradición artesanal está orientada y dirigida a una economía de autarquía y aislamiento en la alta montaña lucense, con oficios artesanales como el de guarnicionero, que confecciona útiles, aparejos y prendas necesarias para la vida cotidiana con el cuero de los animales de la zona. Aún hoy en día se producen artesanalmente zuecos, albardas, cinturones y carteras, entre otros utensilios de primera necesidad.

Una forma de acercarse a la etnografía y a la tradición popular es una visita al poblado de Muñís, a la aldea de Coro en Rao o a Pan do Zarco. Si se quiere una aproximación a la arquitectura civil y al pasado de la alta montaña lucense, se pueden visitar los pazos de Freixís, Piñeiro y Virigo.


Pan do Zarco